Las universidades de Chile, de Valparaíso y de Magallanes

Tres universidades del centro y sur de Chile poseen el mayor nivel de desarrollo en salud digital

  • La Red de Salud Digital de Universidades Estatales realizó un diagnóstico sobre la situación de base en la formación de los futuros profesionales y técnicos con miras a la transformación del sistema sanitario.
  • La evaluación consideró la descripción e identificación de diversos parámetros, entre estos la inclusión de competencias en mallas curriculares, el nivel de formación del cuerpo académico y la infraestructura física y tecnológica.
  • La medición arrojó que los planteles públicos entre Valparaíso y Magallanes se ubican en un nivel inicial de desarrollo, mientras que en la zona norte se ubican en el tramo más bajo.

Las universidades públicas de las zonas centro y sur del país evidencian un nivel inicial de desarrollo para formar a los profesionales y técnicos capaces de implementar y gestionar nuevas tecnologías en salud digital. Pese a ello, se trata de un estado superior al de los planteles de la zona norte, que se encuentran en el tramo más bajo de avance.

El análisis forma parte de los hallazgos de la Red de Salud Digital de Universidades del Estado (RDSUE), una alianza de trece entidades desde las regiones de Arica a Magallanes, y que es apoyada por el Ministerio de Educación a través de su plan para el mejoramiento de las instituciones.

En la zona norte están las universidades de Tarapacá, Antofagasta, de Atacama y de La Serena, mientras que desde Valparaíso a Magallanes se ubican las tres de más alto desarrollo: de Magallanes, de Valparaíso y de Chile, además de otras cuatro que están en el tercero de los cuatro niveles dispuestos por el reporte: de Playa Ancha, de O’Higgins, de Talca, de Biobío y de Los Lagos.

Los tres parámetros evaluados fueron la inclusión de competencias en salud digital en mallas curriculares, la formación de los cuerpos docentes en la materia y la infraestructura física y tecnológica de las instituciones, organizadas en función de tres áreas geográficas: macrozona norte, centro y sur.

El análisis se realizó a través de un grupo denominado “mesa de competencias”, creado por la Red, y que convoca a especialistas de varias entidades integrantes.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), las plataformas que contribuirán a la evolución de los sistemas sanitarios aportarán a mejorar el acceso, la calidad y la oportunidad de las atenciones a más de 3 mil millones de personas a escala global.

Debido a esto, la entidad busca promover que los países adopten estrategias para acelerar la transformación digital de la salud, un desafío que se ha vuelto más relevante tras la pandemia y que adquiere especial urgencia ante factores como las enfermedades crónicas, infecciones emergentes o los potenciales riesgos derivados del cambio climático, entre otros.

En Chile, sin embargo, la formación de capital humano avanzado supone una de las brechas de base para dicho proceso.

Una estimación del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS, organismo impulsado por cinco universidades locales, dos de ellas públicas) cifró en 3.500 personas el déficit de profesionales y técnicos para la transformación digital del sector en una fase inicial. No obstante, el número sobrepasa los 15 mil para una etapa posterior de avance.

Precisamente, el objetivo de la RDSUE es fortalecer las capacidades de las universidades para resolver de forma estructural esta brecha, comenzando a formar desde el pregrado a los futuros trabajadores y trabajadoras especializados en la adopción de nuevas tecnologías para el sistema sanitario.

El diagnóstico inicial formulado por la RDSUE representa un punto de partida para impulsar acciones que en largo plazo reviertan el déficit, principalmente en dos de los tres aspectos evaluados: la formación de estudiantes y las competencias del cuerpo docente, según explicó la académica de la Universidad de Playa Ancha y coordinadora de la mesa de competencias de la red, María Fernanda Agudelo.

“Enfrentamos un desafío gigante pues, de acuerdo a lo que hemos visto en la mesa y en el trabajo en general, el nivel de desarrollo de nuestras universidades no es muy avanzado, salvo casos puntuales”, dijo la investigadora, quien es directora del Departamento de estrategias aplicadas a la formación de ciencias de la salud de la casa de estudios con sede en la región de Valparaíso.

“Además, ese desarrollo es muy heterogéneo, lo cual complica aún más las cosas, porque tenemos que abordar diferentes ámbitos para tratar de nivelar”. 

La Red de Salud Digital de las Universidades del Estado (RSDUE), es una alianza formada por de trece casas de estudio chilenas (desde Tarapacá a Magallanes) que persigue el objetivo de fortalecer e instalar competencias, capacidades y acciones para casos de uso en el abordaje de los desafíos en salud digital, vinculándose con instituciones públicas y privadas.

Diagnóstico

Una proyección realizada por el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud, previa a la pandemia, estimó el déficit de profesionales y técnicos de la salud en 3 mil 500 personas en la fase inicial de la transformación digital, y hasta más de 15 mil en las fases posteriores de implementación.

Sin embargo, la emergencia sanitaria global no solo ha acelerado la adopción de nuevas tecnologías, sino que ha incrementado la urgencia de resolver cuestiones estructurales como el capital humano avanzado, comenta Sandra Gutiérrez, líder del área de capital humano de CENS y quien es asesora técnica de la mesa de competencias de la RDSUE.

“El trabajo con las universidades es fundamental para dar una solución estructural a la brecha de profesionales y técnicas que liderarán la transformación digital de la salud chilena. En ese sentido, el camino que toma la red en materia de incluir contenidos en las mallas curriculares y aportar a la formación de los docentes es robusta y con miras al largo plazo, y no solo de carácter transitorio”, señaló Gutiérrez.

El diagnóstico realizado por la alianza de universidades estatales arrojó como resultado el nivel de madurez de las trece casas de estudio pertenecientes a la RDSUE para impulsar la formación de capital humano avanzado.

Se establecieron cuatro categorías: sin desarrollo, desarrollo inicial, intermedio y avanzado. Cinco se ubicaron en el tramo más bajo, seis en la etapa inicial, una en la intersección entre inicial e intermedio, y solo una en intermedio. Ninguno de los planteles evaluados estuvo en un nivel avanzado de madurez, considerando los tres criterios de la medición: inclusión de contenido en las mallas curriculares, nivel de formación de sus académicos e infraestructura.

“Este proyecto es un esfuerzo de las universidades de todo el país por acelerar el desarrollo de la salud digital a través de la incorporación de competencias en la formación de sus estudiantes. En este sentido, este diagnóstico describe el estado actual y representa un punto de partida para diseñar estrategias efectivas para el corto, mediano y largo plazo”, precisó la representante de CENS en el estudio.

El proceso de obtención de datos se hizo aplicando encuestas, revisando fuentes documentales y analizando planes y programas de estudios junto a los equipos encargados en cada entidad. A partir de estos ítems se generó un diagnóstico final país, pero también por zonas. La zona con menor nivel de madurez es la norte. Las áreas sur y centro se encuentran levemente por encima, aun cuando los indicadores son desafiantes para toda la red, según afirmó el grupo de investigadores.

“Por ejemplo, a nivel curricular, los planes de las carreras de la salud muestran en general una incorporación muy incipiente, lo que depara un gran reto en la intervención de los planes de estudio o el diseño de estrategias para sumar este contenido a los planes de formación. Del mismo modo, en el plano de los docentes, es una dimensión que tenemos que abordar como red, contribuyendo a formarlos en los aspectos básicos en salud digital”, añadió Agudelo.

En el plano de la infraestructura, la situación resulta ser mucho más heterogénea, detalló la académica de la UPLA.

“Y no solo se trata de la parte física sino también de los sistemas que tienen las universidades.  Con este trabajo no vamos a llegar a un estado de vanguardia, lo cual es la visión de largo plazo. Lo que hoy queremos y necesitamos hacer es alcanzar un punto base que sea mínimo y común para todos, más allá de que haya alguna por encima. El desafío implica abordar la parte infraestructura, académica y de estudiantes a través de los planes de estudio”.

La alianza RSDUE, que es coordinada por la Universidad de Chile, tiene tres áreas principales: apoyar la detección temprana de condiciones complejas de salud mental de los estudiantes; fortalecer la formación de capital humano en pregrado y postgrado; y lograr avances en la calidad e interoperabilidad de datos. Sus acciones se enfocan en las carreras de salud e ingeniería, durante los próximos tres años.

Marco de referencia

El proceso para la inclusión de nuevos contenidos en las mallas curriculares de las universidades estatales, así como el apoyo para el fortalecimiento de las capacidades docentes, está basado en el primer marco referencial latinoamericano para la formación de capital humano avanzado, creado por académicos e investigadores suscritos a CENS y con la colaboración de diversos actores del ecosistema de salud local.

Su objetivo es aportar a reducir la brecha de profesionales destinados a usar sistemas de información y comunicación en salud de vanguardia.  El protocolo contempla una matriz de dos áreas, que buscan propiciar la transformación digital y la incorporación de tecnologías de la información en el sector, desde los cuales se desprenden un conjunto de dominios profesionales y competencias técnicas para la formación de capital humano avanzado.

El modelo ha orientado colaboraciones con algunas instituciones de educación superior, públicas y privadas, la formación de cerca de 400 personas que hoy ya se desempeñan en el sistema sanitario, y la definición de perfiles profesionales con Chile Valora.

En síntesis, el documento establece los conocimientos y habilidades esenciales que se exigen a profesionales actuales y futuros del área de tecnología de la información médica, con el objetivo de planificar estrategias adecuadas de capacitación y certificación para el futuro de la salud, señaló Sandra Gutiérrez.

“Desde lo metodológico será un ejercicio inicial para conectar las mallas y las capacidades docentes, con la demanda que el sistema de salud post pandemia está requiriendo”, dijo la especialista de CENS.

En este contexto, se espera que en los próximos meses la Red avance en su trabajo por medio de la mesa de competencias (una de las cuatro mesas que la conforman) en las tres macrozonas en las que se realizó el diagnóstico. Dentro de las actividades para estudiantes, se espera instalar módulos sobre salud digital, informática médica y telemedicina en universidades estatales. En el plano de los académicos, se trabajará en colaboración para apoyarlos en su formación.

(Por: Luis Francisco Sandoval. Agencia InéLlambías Comunicaciones).

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